¿Sabes cómo funciona un retiro espiritual?

retiro espiritual

A veces escucho a la gente hablar de retiros espirituales como si fueran algo que te cambia la vida de la noche a la mañana y me pregunto… ¿de verdad es tan épico o es puro hype? Yo nunca he ido, pero me encanta escuchar cómo la gente lo vive y, por lo que cuentan, es como una especie de desconexión total, pero sin WiFi y con yoga, meditación y comida vegana.

La idea principal es simple: te alejas de todo por dos días, no miras el móvil, no piensas en el trabajo ni en la uni, y te dedicas a estar presente. O sea, suena súper zen, pero también hay un poco de miedo al principio porque, seamos honestos, ¿quién aguanta dos días sin móvil ni internet? Aun así, la mayoría de los que van dicen que vale la pena porque terminas más relajado de lo que esperabas.

Todo está pensado para principiantes y para gente que solo quiere probar algo diferente.

 

Primer día, para la desconexión total (y algo de sudor con yoga)

Cuando llegas al retiro, lo primero que notas es que todo es muuuy tranquilo. Te dan tu habitación, te muestran el lugar y de repente te das cuenta de que no hay tráfico, ni gente gritando, ni anuncios de series nuevas.

  • El primer día suele estar enfocado en “ajustar” tu ritmo. Tu cuerpo y tu mente todavía vienen del estrés de la semana, así que hacen cosas suaves para que vayas entrando en modo retiro.
  • Normalmente, te ponen yoga suave por la mañana. No te preocupes, no es que tengas que hacer posturas imposibles: son movimientos que ayudan a soltar tensión y a despertar un poco el cuerpo.
  • Después suele haber algo de meditación guiada. Aquí es donde tu mente empieza a pensar “¿por qué estoy tan nervioso si estoy solo mirando el techo?” y sí, es normal. Luego de esto, suele haber tiempo libre para relajarte, leer, pasear o simplemente sentarte en silencio sin sentir que estás perdiendo el tiempo.
  • La comida también es parte del plan. Casi siempre es vegana y saludable, y aunque al principio puedas pensar “no voy a sobrevivir solo con lechuga”, la realidad es que suele ser deliciosa y te deja con energía para el resto del día. Y sí, hay snacks de vez en cuando, porque nadie quiere un retiro en modo hambre constante.
  • Por la tarde, suelen meter otra sesión de yoga o mindfulness, y muchas veces hay música de cuencos tibetanos. No suena a algo que vaya a cambiar tu vida, pero según los que saben, ayuda a relajarte y a conectar con tu cuerpo.

Terminar el día suele ser con meditación guiada otra vez, y ahí es cuando realmente sientes que estás “fuera del mundo” por primera vez.

 

Segundo día, más acción espiritual (pero sin volverse loco)

El segundo día ya es un poco más intenso, pero tampoco te van a poner a correr maratones espirituales.

  • Lo usual es empezar con yoga otra vez, un poco más largo que el día anterior. Esta es la parte donde muchos dicen que sienten que su cuerpo se está acostumbrando y hasta empiezan a disfrutar de las posturas.
  • Después, hay otra sesión de meditación, pero esta vez puede incluir ejercicios de respiración o visualizaciones guiadas. Entre las actividades, suele haber talleres o charlas sobre mindfulness o desarrollo personal. Nada pesado, pero sí pensado para que reflexiones un poco sobre tu vida diaria. Es un momento donde la gente puede preguntarse cosas como “¿estoy haciendo lo que quiero?” o “¿cómo puedo estar más presente sin sentirme estresado todo el tiempo?”. Nada de drama, solo reflexión tranquila y con guía.
  • La comida del segundo día sigue la misma línea: vegana, equilibrada y con mucha variedad. Y luego hay más tiempo libre para pasear, sentarse en la naturaleza o simplemente dormir una siesta sin culpa. Por la tarde, otra sesión de yoga y una meditación final que sirve para integrar todo lo que viviste esos dos días.

La idea es que cuando te vayas, no te sientas “traumatizado” por el silencio, sino más bien un poco más relajado y consciente de ti mismo.

 

Qué esperar de la experiencia real

No quiero que pienses que un retiro espiritual es magia pura, porque no lo es. La experiencia depende mucho de tu actitud. Si vas con ganas de estar conectado, relajarte y probar cosas nuevas, probablemente disfrutes un montón. Si vas esperando que tu vida cambie radicalmente de un día para otro, vas a frustrarte.

Algo que me contaron personas que van a menudo a estos retiros es que aprendes a escuchar más tu cuerpo y tu mente. Por ejemplo, notar cuándo estás tenso sin darte cuenta o darte cuenta de que la ansiedad sube por cosas que ni siquiera valen la pena. También ayuda a soltar un poco de estrés y, aunque no lo creas, dormir bien. La combinación de silencio, yoga y buena comida hace que tu cuerpo se recupere más rápido de lo que esperabas.

Y ojo, no es obligatorio seguir todas las actividades. Puedes saltarte una sesión de meditación o no participar en un taller si no te apetece. La idea es que tú te organices según lo que te haga sentir mejor. Pero sí, conviene probar todo al menos una vez, porque algunas cosas sorprenden más de lo que imaginas.

 

Cómo aprovechar al máximo un retiro espiritual

Te cuento algo que me han repetido mil veces quienes han ido a retiros: no te juzgues por lo que sientes. Puede que haya momentos en los que pienses “¿qué hago aquí?” o te sientas raro, aburrido o incluso incómodo. Y está bien, de verdad. La idea no es que los dos días sean perfectos ni que pases flotando en modo zen total. Se trata de vivir cada momento tal como viene, sin presionarte ni ponerte expectativas locas.

Muchos llegan pensando que tienen que meditar perfecto, relajarse todo el tiempo o estar súper felices. Eso no pasa. Estar pendiente de lo que sientes y aceptarlo es mucho más útil que intentar controlarlo todo. Parte del truco de un retiro es notar lo que te pasa, mirarlo sin pelearte con ello y seguir. Y sí, eso hace que todo sea más real, más profundo y, encima, más aplicable a tu vida diaria.

Otra cosa: los retiros son para ti, no para impresionar a nadie. Puedes ir a todas las actividades o saltarte las que no te apetezcan. Escucha tu cuerpo, tu cabeza y tu rollo personal. Si necesitas descansar o no participar en algo, hazlo sin culpa. Eso es lo que realmente hace que la experiencia valga la pena.

Ah, y esto lo dicen mucho en los retiros de Yoga Te Transforma, retiros de meditación, yoga y naturaleza con maestros profesionales: acepta lo que sientes y disfruta del momento sin presión para sacarle todo el jugo al tiempo que pasas desconectado del mundo exterior. En serio, funciona mucho mejor que querer “meditar perfecto”.

 

Cosas que te sorprenderán del retiro

Los cuencos tibetanos. La primera vez que escuchas uno, piensas “ok, suena bonito”, pero después notas que te relaja de manera extraña. También suele sorprender la comida vegana: muchas veces es tan rica que te preguntas por qué no comes así siempre.

La interacción con otras personas también puede ser inesperada. A veces terminas haciendo amigos en pocas horas porque todos están en el mismo plan: desconectar y pasarla bien sin drama. Además, aprender a quedarte quieto y no hacer nada, aunque suene simple, es más difícil de lo que parece y al mismo tiempo muy liberador.

Otro detalle curioso es cómo cambia tu percepción del tiempo. Dos días pueden sentirse eternos porque estás realmente presente, o volar porque estás tan concentrado en cada actividad que ni te das cuenta. Y sí, el segundo día todo empieza a sentirse más natural: ya no hay tanta tensión y puedes disfrutar más de todo sin pensar en lo que viene después.

 

Cómo prepararte antes del retiro

  1. Primero, olvídate del móvil o, al menos, prepárate para no usarlo tanto. Llevar un libro o algo para leer también ayuda.
  2. Ropa cómoda es obligatoria, porque vas a moverte y estar mucho tiempo sentado en el suelo o en colchonetas.
  3. No te obsesiones con “hacer todo perfecto”. Los retiros no son competencias. La idea es participar y estar presente, no compararte con nadie.
  4. También ayuda llegar con mente abierta y disposición a probar cosas nuevas, aunque al principio suenen raras.
  5. Y por último, comer bien los días previos y dormir suficiente hace que tu cuerpo no se queje demasiado al entrar en este ritmo diferente.

 

Lo que realmente importa

Estos retiros parecen pequeños espacios para recordar cómo es estar contigo mismo sin distracciones materiales vanas. Se trata de darte un respiro, de escuchar tu cuerpo y a tu mente, y de ser un poco más consciente de cómo quieres manejar tu vida.

Si te animas a probarlo, vas a descubrir que incluso dos días pueden ser mucho más de lo que esperabas, y que salir de la rutina tiene su recompensa. La clave es estar abierto, relajado y aceptar todo lo que venga, sin presiones ni expectativas locas.