Nos encontramos en un momento en el que todo el mundo se harta de decir lo importante que es el medio ambiente para garantizar nuestro futuro y el de las generaciones venideras, pero… ¿realmente estamos haciendo lo suficiente? La verdad es que esta cuestión deja lugar a muchas dudas, sobre todo en un país como el nuestro. Hay naciones que están liderando proyectos y creando sistemas para conseguir avances en materia medioambiental, pero creemos ciertamente que en España estamos bastante por detrás de Alemania, Japón o Canadá, por citas tres de los ejemplos que nos parecen más significativos.
En los párrafos que siguen, vamos a hablar de un aspecto en concreto, un aspecto que es tendencia desde hace algunos años. Hablamos de la creación y venta de los coches eléctricos, que como sabéis es uno de los asuntos que mejor contribuye a la mejora del cuidado del medio ambiente. Disminuir la dependencia que tiene el ser humano de combustibles fósiles como lo son el diésel y la gasolina, que además de ser escasos generan un impacto brutal para nuestro entorno y atmósfera, es una de las cuestiones que debemos calificar como elemental en la situación actual en la que se encuentra el planeta.
Decíamos al principio que España está lejos de ser un país en el que el volumen de coches eléctricos esté siendo clave para lidiar contra asuntos que tengan que ver directamente con la reducción de la contaminación. Un artículo publicado en la página web autopista.es indicaba que el parque total de coches eléctricos en España es de 63.000 vehículos, que apenas suponen un 1% del parque total que hay en el interior de nuestras fronteras. Este dato muestra que existe un margen de mejora y que tenemos mucho camino por delante para terminar de cumplir los compromisos medioambientales que se esperan de nuestro país.
Sí que es cierto que la venta de coches eléctricos ha crecido en los últimos años. En concreto, el portal web motor.es indica que han crecido las ventas de este modelo de coche un 152%. Pero no cabe la menor duda de que estos datos, todavía, no son suficientes. Hay que seguir por la vía del crecimiento y es evidente que seguir el camino contrario no nos va a hacer sino alejarnos de todos los propósitos medioambientales que tenemos que asumir para hacer que nuestro planeta tenga la calidad de vida que merece.
Una de las mejores maneras de luchar por cambiar la situación medioambiental de la Tierra es apostar por una flota de vehículos que de verdad sea respetuosa con nuestro entorno. Esa flota es la eléctrica. En España está aumentando poco a poco la demanda de este tipo de vehículos según nos han comentado desde Transportes Cars, aunque sí que es cierto que lo está haciendo de una manera más lenta de la que nos gustaría. Muchos países en Europa nos llevan ventaja en este sentido y creemos que es un buen momento para equipararnos al resto de nuestros vecinos.
Creemos que el cambio va a llegar más rápido de lo que inicialmente pensábamos
Es evidente que, en algún momento, ha de llegar ese cambio de mentalidad que estamos esperando como agua de mayo y que haga que todas las personas, familias y empresas comiencen a apoyar, de un modo decidido, el uso de vehículos eléctricos. Son dos las cuestiones que nos hacen tener esperanza en que esa va a ser la realidad a medio plazo:
- Por un lado, se encuentra el hecho de que la mayoría de los vehículos en nuestro país tiene una antigüedad de 12 o más años, lo que hace que, de manera ineludible, haya que pensar en cambiarlos. Teniendo en cuenta que los vehículos eléctricos son el futuro, muchas de las personas que afronten ese cambio decidirán, o esa es nuestra esperanza, apostar por el eléctrico a la hora de acometer ese cambio.
- Por otra parte, es necesario recordar que los diferentes gobiernos ya están poniendo restricciones a la movilidad de aquellos vehículos que funcionan con combustibles fósiles y que, además, disponen de una mayor antigüedad. Con un eléctrico (o, al menos, con un híbrido) la cosa cambia por completo y se hace efectiva esa libertad absoluta que nació con el surgimiento de los coches.
Lo que está claro es que la Tierra no puede mantener por mucho tiempo el nivel de emisiones provocadas por los vehículos de gasolina y diésel en la actualidad. Aunque hemos mejorado, conviene hacerlo en una mayor medida. Y para ello es indispensable que haya inversión por parte de las autoridades: inversión destinada a subvenciones para la compra de estos vehículos o para una mayor fabricación de los mismos. Inversión, en definitiva, en el futuro de nuestra sociedad, nuestra Tierra y nuestra gente.