Con el fin del verano, muchas son las personas que se echan las manos a la cabeza. ¿Qué vamos a hacer sin sandías? ¿Cómo vivir sin echarse a la boca un jugoso melocotón? ¿Podremos aguantar hasta el verano siguiente sin probar los dulces higos? El verano es la época de la fruta por antonomasia, y prueba de ello la encontramos en los stands de los supermercados, donde podemos encontrar una gran variedad de frutas que se despiden a finales de septiembre hasta que el calor vuelva a asomarse en nuestra vida. Los tomates están en su punto, las frutas acuosas hacen nuestras delicias y nos refrescan mientras nos hidratan y las frutas están muy dulces, invitándonos a la elaboración de una gran combinación de helados, sorbetes, granizados y polos.
Y aunque tras el verano se abre un abismo en el que solo nos acordamos de las siempre presentes peras y manzanas junto a los plátanos, la realidad es que la caída de hojas de los árboles viene acompañada de la recolección de verduras, frutas y sobre todo frutos secos. Y es que si en verano o primavera nos apetecen alimentos más livianos y refrescantes, con la llegada del otoño, de las primeras borrascas y del descenso de temperaturas empiezan a apetecernos alimentos más contundentes, más grasos y más reconfortantes. Además, es el momento idóneo de ayudar a los productores, a los recolectores y a todas aquellas empresas que dedican toda su sabiduría para ofrecernos los mejores granos. Y en este sentido, la mejor opción es siempre acercarnos a las empresas pequeñas y locales como ocurre, por poner un ejemplo, con Frutos Secos del Carmen, una empresa ubicada en Valencia que aprovecha el sol del mediterráneo y realiza envíos a cualquier lugar de España.
El otoño llega también para transformar nuestra mesa, nuestra nevera y hasta la decoración de la casa. ¿Quién no ha tenido un centro de mesa adornado con castañas, nueces y piñas? Pero no solo eso, sino que en esta época también es habitual encontrar de nuevo pistachos, almendras, piñones y avellanas. Y para los que echan de menos el verano y se resisten a amar el otoño, tenemos buenas noticias: los frutos secos de esta temporada no solo están buenísimos y acompañan a una gran cantidad de platos, sino que también cuidan nuestra salud, aportan numerosos beneficios a nuestro cuerpo y a nuestro organismo y actúan como protectores. Algunos de los efectos de los frutos secos sobre nuestra salud son los siguientes:
– Protegen nuestros huesos y nuestros músculos gracias a que son ricos en minerales como el calcio, el potasio y el magnesio, de manera que contribuyen en la mineralización de nuestros huesos, previenen enfermedades como la osteoporosis y favorece la regeneración de los músculos.
– Favorecen la salud de las articulaciones y combaten los síntomas de enfermedades como la artritis reumatoide debido a las propiedades antiinflamatorias que contienen.
– Cuidan la salud del corazón gracias a las altas cantidades en potasio y las reducidas cantidades de sodio, de manera que ayudan a mantener los niveles de presión arterial estables y a evitar la aparición de ataques cardíacos.
– Aportan nutrientes a la piel, el cabello y las uñas, ya que algunos frutos secos como las almendras contienen una gran cantidad de vitamina E.
– También son idóneos para nuestros mayores y para los estudiantes, puesto que algunos frutos secos favorecen la salud del cerebro y mejoran el estado de ánimo, además de optimizar los procesos cognitivos de aprendizaje y memoria gracias a su alto contenido de fósforo y magnesio.
– Ahuyentan la obesidad y ayudan a mantener un peso saludable gracias a su alto contenido en fibra y, además, frutos secos como las nueces de Brasil ayudan a equilibrar la tiroides mientras que los pistachos ayudan a mantener el equilibrio hormonal, ambas afecciones muy relacionadas con el aumento del peso.
Otros alimentos con las que deleitarnos en otoño
Es importante comprar fruta de temporada, ya que es cuando cuenta con una mayor cantidad de nutrientes y sabor y además resulta más económica. Es por ello por lo que es positivo conocer qué alimentos son típicos de cada temporada y, en este caso, te vamos a acercar aquellos que se pueden encontrar en otoño.
En el caso de las frutas, encontramos los dulcísimos caquis; las uvas bien cargadas de antioxidantes; el membrillo, que está buenísimo cocido y consumido con queso; la granada, considerada como viagra natural y que destaca también por su gran cantidad de antioxidantes; las manzanas y las peras, muy habituales; el kiwi, muy rico en vitamina C; así como los arándanos, las frambuesas y las moras.
Y en lo que respecta a los vegetales, encontramos también una gran variedad, donde los reyes son los boniatos, las alcachofas, las calabazas, las setas, las espinacas o las acelgas.