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Las reformas reactivan la economía.

En los últimos años, hemos cambiado nuestros hábitos. Tal vez por necesidad. Preferimos alquilar una vivienda a comprarla y reformar un piso antiguo antes de comprar uno nuevo. Esto ha hecho que las reformas de viviendas reactiven la economía, creciendo por encima, en este sector, que nuestros vecinos europeos.

La crisis del 2012, con la explosión de la burbuja inmobiliaria, supuso la quiebra de un modelo económico basado en la construcción. La economía del ladrillo se desplomó. No solo afectó a los constructores, actividades subsidiarias como fontanería, electricidad, carpintería de aluminio se vieron seriamente dañadas. Se impuso el lema “renovarse o morir”. Algunos contratistas y profesionales ligados al sector inmobiliario vieron en la reforma el medio para sobrevivir, y no desaparecer, como sucedió con miles de empresas.

No es que las reformas no existieran hasta entonces. La gente necesitaba cada cierto cambiar las ventanas, pintar el piso, reformar las habitaciones, pero se experimentó un auge en el sector.

En los 5 últimos años se ha reactivado la compra de viviendas en un 34%. El 70% de los inmuebles que se venden son de segunda mano. Eso implica una reforma, bien por parte de los vendedores para obtener un mejor precio, o por parte de los compradores para hacerlas más habitables.

Hay un cambio de tendencia. La gente que necesita acceder a una vivienda prefiere alquilarla antes de meterse en la compra de una nueva. Los pisos alquilados, en gran parte, de segunda mano, requieren en múltiples ocasiones algún que otro retoque.

Las inclemencias económicas que hemos sufrido en lo que llevamos de siglo, ha hecho que valoremos más los bienes que tenemos. Los propietarios no dudan en alargar la vida útil de sus viviendas e invertir en hacerlas más confortables, disfrutando de aquello que tienen.

Las reformas crecen un 13%.

Frente a la previsión de que, después de la pandemia, la reforma de viviendas iba a sufrir un retroceso, lo cierto es que el año pasado el sector vivió un crecimiento importante, llegando a facturar 60.000 millones de euros, tal y como recoge el periódico El Economista.

La Escuela de Decoradores de Madrid efectuó una encuesta nada más terminar la pandemia respecto a las perspectivas sobre los cambios en el hogar. Un 32,3% de los encuestados manifestó su voluntad de efectuar reformas en casa. Todo el tiempo que pasamos durante el confinamiento nos elevó el nivel de conciencia con respecto a que nuestros hogares no están equipados como nos gustaría.

La inflación y la crisis económica que estamos viviendo, ha hecho que algunas personas posterguen sus planes. Pero la voluntad de reformar sus casas está ahí. Aunque la acometan por pasos.

El gobierno apuesta por la reforma de los hogares españoles, haciéndolos más eficientes energéticamente. De los primeros 10.000 millones de euros recibidos de los fondos europeos, destinó 1.300 millones de euros para ayudas a la rehabilitación de viviendas dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Con esta medida espera subvencionar la reforma de 30.000 viviendas cada año. Las ayudas están gestionadas por las comunidades autónomas.

Reformas como la instalación de ventanas de PVC, que ofrecen un aislamiento térmico superior a las de aluminio, o la instalación de placas solares, que reducen el gasto eléctrico, cuentan con una subvención de hasta el 40% e interesantes ventajas fiscales, con deducciones del 20% del gasto total en el impuesto del IRPF.

ANDIMAC, la Asociación Española de Distribuidores de Materiales para la Construcción, propone impulsar las obras de rehabilitación para combatir la crisis energética. Según Sebastián Molinero, secretario general de la asociación, las ayudas europeas son una oportunidad para impulsar las reformas en los hogares. Algo positivo para los ciudadanos, pues aliviará el gasto que realicen, y para el país, en cuanto reducirá el consumo energético.

La reforma marca tendencia.

Prestigiosos estudios de interiorismo se están centrando en la reforma de viviendas antiguas para desarrollar sus proyectos más creativos. En la revista de decoración Mi Casa presentan 15 ejemplos bastante impresionantes. Nosotros comentaremos algunos de ellos.

La diseñadora de interiores Lara Pujol se encargó de la reforma integral de una casa, casi en ruinas, en el casco viejo de Girona. Tenía una distribución muy peculiar, 140 metros cuadrados abiertos a dos salidas a la calle, 6 alturas contando la planta baja y estancias muy compartimentadas.

Lo primero que hizo fue reducir una altura y reconfigurar la casa. Tiró tabiques para crear espacios lo más diáfanos posible. Para la planta baja diseñó una cocina con una isla y un extractor de humos en el techo, y un comedor, comunicado con la cocina. En la primera planta fijó zona de estar y recreo, así como un office. Y en las plantas siguientes habitaciones con un cuarto de baño en cada planta y espacio para el almacenaje. Una escalera plegada y esmaltada en color blanco servía de pasillo para comunicar las diferentes alturas.

La arquitecta María José Navarro, del estudio Nasezen, rediseñó un ático en el centro de Madrid en un edificio de principios del siglo XX. El reto era convertir un piso pequeño y con poca luz en un ático luminoso. El principal atractivo lo representaba su terraza de 30 metros cuadrados. Sin embargo, la construcción original estaba hecha de espaldas a la misma. Tuvieron que hacer el comedor más grande, derribando un tabique de una pequeña habitación y poner un gran ventanal de puertas correderas para que entrara la luz del exterior. La cocina también la agrandaron, y la conectaron con la terraza. Del montón de habitaciones pequeñas y poco iluminadas, crearon las imprescindibles con espacio y luz suficientes.

En el barrio madrileño de Chueca, un estudio de arquitectos convirtieron un ala de un convento de monjas del siglo XVII en un original loft de estilo neoyorquino. En la planta baja colocaron una amplísima cocina – comedor – salón con espacios diferenciados, pero sin ninguna pared que los separara. Unos grandes ventanales permitían que entrara la luz al interior directamente desde el antiguo claustro. Un techo de madera a dos aguas, le daba un aire recogido y protegía el techo original del edificio. En uno de los lados y en el fondo, levantado por estructuras de metal y obra, construyeron dos compartimentos, con dormitorio y baño, a los que se accede mediante escaleras que arrancan de la gran sala de la planta baja.

Reforma integral.

Para afrontar una reforma es necesaria la participación de diferentes profesionales. Pintores, albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros de aluminio, etc. En ocasiones, para hacer más llevaderas las obras, las familias optan por hacerlas por partes. Primero arreglamos la cocina y cuando podamos nos metemos con el comedor. Cambiamos las tuberías, que ya están muy viejas y producen humedades, lo adecentamos un poco y para el año que viene nos metemos a pintar el piso.

Al trabajar con distintos equipos de profesionales llega un momento en que las obras no casan entre sí. De la idea original que tenía la familia al resultado final hay un trecho. CrearSur, una empresa de reformas integrales de Granada, recomiendan partir siempre de un estudio completo y de un plan integral, de modo que todas las acciones vayan orientadas hacia un mismo objetivo. Como quiere la familia ver su casa.

Con una empresa de reformas integrales se recurre solo a los profesionales que son necesarios. Aunque realicen diferentes tareas, todos ellos trabajan en la misma dirección. Se complementan. El resultado final se ajusta más a las expectativas del cliente y no habrá sorpresas que desestabilicen su bolsillo.

La empresa debe escuchar detenidamente cuáles son los planes del cliente. Estudiar cómo llevarlos a delante y hacerle propuestas de cómo se materializan, tanto en la forma de trabajar como en el presupuesto.

Hay ocasiones en la que la idea inicial, partiendo de las características del inmueble, es complicada de realizar o requiere un gran presupuesto. La empresa de reformas, partiendo de su experiencia, presentará sugerencias y ofrecerá planes alternativos que se asemejen lo máximo posible a la idea original, o que resuelvan mejor las necesidades del usuario. Es fundamental que tanto la empresa como el cliente lleguen a un acuerdo tanto en el objetivo final como en el presupuesto.