Tendemos a pensar que los tratamientos de belleza son caros, con ingredientes de los que nunca recordamos el nombre y difíciles de conseguir y que, además, no les sacaremos partido más allá de la creación de esas mascarillas y cremas. Pero nada más lejos de la realidad, ya que en nuestra propia despensa contamos con un gran aliado: el aceite de oliva. Y es que este ingrediente es muy nuestro, lo tenemos al alcance de la mano, es relativamente barato dadas sus muchísimas propiedades y además somos muy conscientes de que en numerosos países del mundo entero se desviven por poder adquirir este producto.
Todos conocemos las bondades de su consumo, ya que ayuda a la absorción de nutrientes como calcio, zinc, magnesio y vitaminas del grupo B; disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno; ayuda en el buen funcionamiento del hígado, el páncreas y la vesícula biliar; es antiinflamatorio y, además, ayuda a perder peso facilitando la reducción de la grasa abdominal. Y aunque hay muchas clases de aceite, el mejor en este sentido es el procedente de olivas ecológicos y respetuosas con el medio ambiente, como nos recuerdan desde Los Ángeles.
En cuanto a la belleza y a la higiene, el aceite de oliva ya se usaba en la Antigua Grecia y en la Antigua Roma, ya lo usaban para el cuidado de la piel con cremas y ungüentos, así como para la prevención de arrugas y la nutrición del cabello. Es por eso por lo que, si a ellos les funcionaba, no hace falta ir en la búsqueda de cremas y mascarillas caras que, en muchas ocasiones, a nuestros cabellos y a nuestras pieles no les sientan demasiado bien.
Y es que hablamos de un producto con numerosos beneficios. Contiene nada más y nada menos que polifenoles, un poderoso antioxidante que protege el cabello de las agresiones externas; diferentes vitaminas como la C y la E, gracias a las cuales el cabello crece más fuerte y más grueso; proporciona lípidos, idóneos para reforzar la estructura celular del cuero cabelludo; gracias a su poder regenerativo y calmante ataca a la caspa y previene la caída del pelo; y su poder hidratante aporta al cabello más brillo, más luminosidad y, sobre todo, restaura las lesiones del pelo para darle un aspecto más sano y fuerte.
En cuanto a la aplicación de este ingrediente en el rostro, sus beneficios son bastante similares a los que proporciona al cabello. Por ejemplo, la vitamina E de la que ya hemos hablado ayuda a combatir la piel seca y agrietada y asegura resultados a los pocos días de comenzar a aplicárnoslo. Gracias a sus agentes antienvejecimiento, la piel logra un aspecto más saludable a través de una textura más suave, mayor elasticidad y un brillo intenso. El aceite de oliva también es efectivo para combatir las manchas de la piel y las arrugas, ya que su gran capacidad reparadora ayuda a reconstruir los tejidos dañados.
¿Y qué pasa con las pieles sensibles? Las personas con este tipo de piel sufren en mayor medida el uso de una crema inadecuada, ya que les producen irritaciones y rojeces. Sin embargo, el aceite de oliva también es apto para las pieles más sensibles, ya que elimina la resequedad. Eso sí, hay que tener cuidado con la dosis elegida: una simple gota es más que suficiente.
Cómo usar el aceite de oliva en el cabello
El aceite de oliva se puede echar directamente sobre el cabello o mezclarlo con otros ingredientes naturales para potenciar sus propiedades. Con la primera elección, basta con untarse las palmas de las manos con este oro líquido y esparcirlo por el cabello, de medios a puntas. Pero si tu opción es la de mezclarlo para hacer todo tipo de mascarillas, es importante conocer con qué otros alimentos se potencian sus características. Una mascarilla muy típica es la de aceite de oliva y huevo, que aporta un extra de nutrición. La miel y este oro líquido también se pueden mezclar y, además de obtener resultados al instante, es idónea para aportar el doble de brillo y suavidad al pelo. Otro ingrediente con el que se puede crear una mascarilla capilar es con la banana, que da fuerza al cuero cabelludo; y el aceite de coco o el aguacate son otros dos alimentos con los que el aceite de oliva combina a la perfección con el objetivo de lograr más brillo y es un potente hidratante.
La forma de preparar y aplicar estas mascarillas es muy simple, y es que es tan fácil como mezclar todos los ingredientes en un bol, aplicarlo de medios a puntas para que el cabello no quede demasiado graso y dejar actuar entre 20 y 30 minutos. Después, solo queda enjuagarlo y lavar el pelo como de costumbre.