El verano esta a la vuelta de la esquina. Otra vez, toca planificar espadas, viajes o vacaciones en toda regla. Deseando que la época estival nos conceda un tiempo de relax, lejos del trabajo y la rutina, los días, pasan más rápido. Por esa misma razón, es conveniente empezar a planificar ese viaje con el tiempo suficiente, sobre todo, cuando viajas con tu bebe. Para esos padres primerizos y esas mamás que no saben muy bien como pueden disfrutar de unas vacaciones en compañía de su pequeño, las dudas al respecto aumentan a medida que se acercan las vacaciones. Profesionales del sector como The Baby House, dedicadas a la puericultura, saben bien de esas dudas que se plantean los recién nacidos padres en estos momentos.
Las preocupaciones al respecto de los viajes con un bebé que todavía no ha cumplido el año, son acuciantes para los padres que, no saben cómo manejar la situación. Temores y dudas surgen a cada instante, ¿será bueno llevarlo en avión? ¿Puedo llevar a mi bebé a la playa o la montaña? ¿Mejor visitar una ciudad donde haya un médico cerca? Dudas que, en realidad, no deben preocupar a los padres. Los bebes pueden viajar desde que vienen al mundo, el medio de transporte, es indiferente. Basta con tomar las medidas necesarias para que, al bebé, no le falte de nada durante el trayecto.
Como dicen las madres experimentadas, viajar con un bebé, puede resultar todo un reto para esos papas y mamas novatos. La experiencia, será maravillosa sin lugar a dudas, pero la paciencia deberá estar presente en todo momento. ¿Por qué? Sencillamente, porque viajar con un bebé, requiere de una mayor organización y contar con una serie de factores añadidos, como el exceso de equipaje con todo lo que es necesario llevar, en exclusiva para él.
Las rutinas que tienen los bebés, deben mantenerse durante las vacaciones, razón de más para tener que planificar y organizar todo en base a los tiempos que necesitará para comer. Las pausas, los cambios de pañal, posibles molestias o llantos, etc. Hay que tener en cuenta todas esas cosas que conlleva tener un bebé y tener claro que, durante el viaje, esas cosas, van a ser igual que en casa, para lo bueno y para lo malo. Seguramente, esas primeras vacaciones, se convertirán en las mejores vacaciones que hayas disfrutado nunca.
¿A dónde nos vamos?
Elegir el destino, a buen seguro, es una de las partes más difíciles a la hora de organizar unas vacaciones bebé en canguro. Para los amantes de la aventura y los viajes moviditos en los que un día estas aquí y otro, allá, la aventura comienza en esta elección. Quedan descartados de manera automática e inmediata, lugares en los que imperen las temperaturas extremas, da igual frío o calor. Destinos lejanos donde la situación se pueda descontrolar, tampoco son recomendables. Sobre todo, para padres primerizos.
La prudencia en la elección del destino ideal para disfrutar de las primeras vacaciones con tú bebé, es fundamental. Elegir un destino conocido que no este muy lejos, es una de las mejores opciones. En un lugar conocido puedes mantener la situación bajo control en el caso de que surja algún imprevisto. Hay que tener en cuenta que es tan conveniente como necesario, que el lugar elegido, disponga de un hospital o servicio médico, cercano al que poder acudir en caso de necesidad. No tiene porque pasar nada, pero teniendo atados todos los cabos y siendo previsores, el viaje será más relajado y los padres, se sentirán más tranquilos.
En función del destino final, no esta demás seguir algunos consejos para que todo salga fenomenal y, estas primeras vacaciones en la recién estrenada familia, sean inolvidables. Veamos algunas recomendaciones a seguir durante el viaje.
Vacaciones en el mar
La playa es sin duda el destino soñado por la gran mayoría. Verano, es sinónimo de arena y mar. No hay inconveniente en que un bebé, visite la playa durante sus primeros meses de vida. Aunque, no es muy recomendable antes de que cumpla los seis meses, ya que su piel es todavía demasiado sensible para exponerla al sol.
En el caso de que la playa se vislumbre ya en el horizonte, la recomendación primera es mantener al pequeño, siempre, a la sombra y bien hidratado. Evidentemente, hay que evitar las horas centrales del día para tumbarse en la arena, a pesar de las sombrillas. Entre las doce y las seis, lo mejor es quedarse en casa para que el bebe coma y descanse.
Cuando los bebés ya han cumplido su primer año de vida, la cosa cambia sustancialmente. Ya disfrutan de todo lo que la playa ofrece: solo, olas, juegos en la arena, baños, etc. A los pequeños el clima del mar les va fenomenal y disfrutan sobremanera del contacto con la arena y el agua salada. Aun así, hay que ser cautos y mantener su piel protegida del sol. La hidratación es, obviamente, indispensable.
El equipaje infantil para esta escapada, debe contar con una serie de artículos indispensables: crema solar de alto factor, cremas hidratantes, pañales, toallitas húmedas, ropa extra para cambiar en cualquier momento, gorra, chupete y, como no, sus juguetes favoritos. Agua y comida suficiente, tampoco pueden faltar, puede que la playa le de mucha hambre o de la emoción, el apetito disminuya, pero, en cualquier caso, mejor que sobre.
La cabra tira al monte
No a todos les gusta tanto el mar. Algunos, prefieren la calma de la montaña y el aire limpio y puro de sus cimas. Viajar con un bebé a la montaña, es más que saludable. La edad aquí no tiene tanta relevancia, aunque igualmente, hay que tener cuidado con el sol. Ya se sabe que, el sol de la montaña, quema igual o incluso más. Un entorno de montaña con su vegetación, arroyos, ríos, cascadas o lagos, acompañado de unas temperaturas agradables, es el destino ideal para cualquiera.
La precaución frente al sol, como ya hemos dicho, debe estar presente y proteger la piel, utilizar gorras y procurar que beba agua para evitar la deshidratación, son las recomendaciones más elementales en este particular. Además, prepararse por si los insectos hacen de las suyas y contar con repelentes para combatirlos.
Aunque no es obligatorio ni imprescindible, contar con un buen carro de bebé todoterreno facilitará la experiencia de explorar los caminos. Un canguro, puede resultar una excelente alternativa.
El full equipe para esta aventura, pasa por lo mismo que cuando se va a la playa: agua, comida, protección solar, crema hidratante, ropa extra y de abrigo, pañales y una manta. Contar con algún pequeño botiquín, no esta de más.
Otros aspectos a tener en cuenta
Si la idea es viajar al extranjero, además, hay que preparar la documentación propia del pequeño. Dentro de la Unión Europea, bastará con el DNI y para viajar fuera de esta, será necesario el pasaporte. Lo mismo que para un adulto.
En esencia, hacer un viaje con un bebé, conlleva lo mismo que desplazarse por la ciudad en la que vives con él. Estamos más que habituados a encontrar madres o padres que cargan con media casa, solo para ir al supermercado o a tomar una cerveza en el bar. La diferencia entre esto y un viaje, reside fundamentalmente, en el trayecto. La duración del mismo, el medio de transporte… Lo que nos lleva a cuál es el medio de locomoción más recomendable para el bebé.
Hay que decir que, para los bebés, cualquier medio de transporte es válido. No existe inconveniente en que viaje en tren, avión, barco, autobús, etc. Si bien es cierto que algunos transportes, pueden resultar más cómodos que otros.
El tren resulta una opción muy segura para realizar trayectos largos. Ofrecen la posibilidad de viajar de noche y en coche cama, pasear por los pasillos y contar con espacio para cambiar al bebé.
Viajar en avión, tampoco supone un riesgo para los bebés. Al igual que los adultos, pueden sufrir molestias durante el despegue y el aterrizaje. La mayor ventaja de viajar en avión, es la rapidez, aunque se pierde mucho tiempo llegando a los aeropuertos y realizando los pasos previos: facturación, embarque… Sin embargo, los aviones ofrecen comodidades como cunas, calienta biberones, comida especial para ellos…
En cuanto a viajar en coche, ofrece una ventaja nada desdeñable: elegir los horarios, las paradas, los trayectos… Equipar el vehículo con cortinillas y parasoles, así como dejar a mano lo necesario para cambiarle, su comida, agua y juguetes, son las únicas cosas que tienes que hacer antes de iniciar la aventura.
El menos recomendable de los medios de transporte, es el autobús. A los bebés puede hacérseles pesado un trayecto largo, no hay espacio para levantarse y no se puede hacer parar al conductor en caso de necesidad.
Como ya venimos diciendo, viajar con un bebé, puede parecer toda una aventura en si misma. Preparar todo para el viaje puede resultar estresante en el sentido de no olvidarse de nada de lo que necesite o pueda necesitar el pequeño. Sin embargo, todo lo que se te puede olvidar echar en la maleta, puedes encontrarlo en cualquier parte. Nada de agobios innecesarios, viajar con un bebé, solo conlleva el extra del equipaje.