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¿Cómo elegir y comer un buen turrón?

 

El turrón es una delicia, pero también debemos saber que todos no son iguales. Actualmente, los de calidad suelen venir con denominación de origen, puesto que así los consumidores pueden tener la seguridad de que el turrón tiene buena materia prima y que todo está realizado correctamente.

¿Cómo se conserva?

Las tabletas se abren y después se corta el trozo que se consuma. Lo mejor que se puede hacer es conservarlo guardado en una bolsa de plástico cerrada correctamente. En el caso de que tengamos una caja de metal o de lata, lo mejor es introducir el turrón en esta caja. Para ello se debe conservar en sitio seco y fresco, nunca usarlo en la nevera.

 ¿Cómo se hace el turrón?

Lo que sucede con buena parte de los distribuidores es que suelen querer la mercancía cuanto antes mejor. Bastantes fábricas lo que hacen es responder a todo esto. Por esta razón se fabrica el turrón antes que los artesanos. Así, debido al ciclo de producción, lo que ocurren es que el turrón que se encuentra en los almacenes de las grandes superficies antes. Así es como las fábricas pueden comenzar a elaborar el turrón mucho tiempo antes.

Todo ello va a presentar una desventaja considerable, porque la materia no es almendra nueva, ya que la recolección es en septiembre, por lo que aunque la empresa de turrón quiera, no se puede servir a los establecimientos almendra nueva. Está claro que la almendra que se acaba de coger es mejor que una con más tiempo, pero es casi inevitable.

En el caso de los fabricantes de menor tamaño, sí que tienen algo más fácil esperar a recoger la almendra para comenzar la fabricación.

El proceso de elaboración artesano

Como nos dicen los expertos en turrones de adeliaivanez.com es de gran importancia tener en cuenta el proceso de elaboración del turrón artesano. Se suele hablar con mucha ligereza del turrón artesano, pero si que es importante temas como que la masa de turrón se encuentre una serie de tiempo en el necesario reposo.

En algunas de las fórmulas se tiene la masa con almendras, miel y demás, durante un par de días secándose. Algo importante, pues cuando se quiere hacer un buen turrón debe pasar todo ese tiempo para que la materia prima se junte y tome la textura que deseamos.

Existen multitud de fabricantes que carecen del sello proveniente del Consejo Regulador que no cuenta con todo este proceso de elaboración. Lo que hacen en un día es hacer la producción entera sin que dé tiempo a que se seque. Existen otros fabricantes que terminan por congelar las masas y después terminan por sacarlas en temporadas.

Muchas veces sería interesante que la clientela puedan visitar las fábricas y ver cómo se hace para comprenderlo en profundidad. El turrón se hace en cocidas de medio centenar de kilos en nuestro caso.

Está claro que el proceso de industrialización de las fábricas es gigantesco, pues muchas de ellas son obras de lo más avanzadas y que permiten la producción de muchos kilos dependiendo de la demanda existente por parte de los usuarios.

No hay que olvidar que el turrón como tal se fabrica en máquinas de mayor tamaño que lo que hacen es seguir un proceso elaborador que lo que hace es cumplir los requisitos del Consejo Regulador, en cantidades más grandes. Esto no es bueno ni malo, es diferente.

En resumen, cuando se habla de precio, existen turrones que pueden ser más económicos, ya que el proceso elaborar pasa a estar más optimizado en este sentido. En el caso del turrón, hay opciones de todo tipo, pero los que se hacen de forma artesana suelen hacerse en cocidas de menor tamaño y son envasados a mano, lo que hace que el producto sea más caro.

Nosotros creemos que hay espacio para todo, aunque como es normal, mejor es el turrón artesano, el verdaderamente artesano, con el que poder disfrutar de todas las propiedades del turrón de la manera más natural.

Está claro que las diferencias se notan, un producto más natural y bastante mejor cuidado en temas como la presentación.

Debemos en nuestro país, eso sí, aprovechar todas las bonanzas del turrón para aumentar su consumo no solo a las clásicas fechas navideñas, pues también podemos tomarlo en muchas otras épocas del año. Hasta en verano, donde se puede tomar incluso como helado, un sabor de lo más rico que lleva muchos años con nosotros y que en algunos casos se ha visto apartado por la gran cantidad de gustos que han entrado en los últimos años.