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Las joyas también son para ellos

Derribar falsos mitos y tabús es una de las actividades que quizá sean más complicadas en la sociedad en la que nos movemos en el siglo XXI. Sin embargo, es un problema que viene muy de lejos y que es prácticamente inherente al ser humano: cuando nos meten algo en la cabeza, es prácticamente imposible que nos planteemos siquiera que eso es falso. Y precisamente son esas cosas las que hacen al ser humano un animal mucho peor de lo que podría llegar a ser. Le impide ser abierto y le obliga a ser prácticamente un ser despreciable.

Hay muchos ejemplos de lo que os hemos comentado y os vamos a hablar de uno de ellos. Durante una buena cantidad de años, se nos ha hecho saber que las joyas eran para mujeres, que solo en ellas podían quedar bien. De hecho, se ha asociado permanentemente el mercado de este tipo de objetos a ellas. Incluso muchas de las empresas que se dedican a la venta de esto eran conscientes de que, entre su público objetivo, apenas podía haber hombres. Y los que las compraban, siempre lo hacían pensando en regalarlas. Es una realidad que ha permanecido con nosotros prácticamente hasta nuestros días.

Por fortuna, las cosas han cambiado y, gracias a ello, el ser humano es ahora más abierto que en ningún otro momento de la Historia reciente. De eso se ha beneficiado un mercado como el de la joyería puesto que, en estos instantes, tanto los hombres como las mujeres son susceptibles de disponer de todo tipo de joyas. Eso, estadísticamente, ha permitido que la cantidad de personas que constituyan el público objetivo de este sector se multiplique por dos. Y, claro, esa es una gran ventaja para un mercado como del que estamos hablando.

En un artículo escrito en la web del diario El País se comentaba que las joyas también son amigas de los hombres y que, desde luego, existen muchas piezas que son especialmente indicadas para ellos. En ese texto se habla de una quincena de ellas. Son las suficientes como para decir que los hombres también juegan un papel como posibles clientes de tiendas especializadas en joyería. Ni que decir tiene que esto es sano y que nos hemos estado equivocando todos estos años al dirigirnos única y exclusivamente a las mujeres en lo que respecta a la joyería.

El número de hombres que adquiere piezas de joyería sigue creciendo a medida que se derriba ese falso mito que apuntaba que esas piezas solo debían estar reservadas para mujeres. Los profesionales de Serrano Joyeros nos han trasladado que, durante el transcurso del año pasado, esas piezas adquiridas por hombres constituyeron ya un tercio del total de las piezas vendidas, lo cual significa un aumento sobre los mismos datos del año anterior, sobre todo este tipo de relojes baratos de marca para ellos. De cara a los próximos años, según nos cuentan, el porcentaje se va a igualar bastante con respecto a esas piezas adquiridas por mujeres.

Tampoco han de existir limitaciones por la edad

Limitar el uso de las joyas en función de la edad es algo que se ha producido menos que esa diferenciación por sexo de la que hemos estado hablando. De hecho, la única limitación es la que normalmente se hace con los niños y niñas, que no suelen llevar ninguna joya encima. Desde que somos veinteañeros en adelante, la verdad es que no hay una edad en la que socialmente no esté o no haya estado socialmente bien visto portar joyas. Aunque sí es cierto que haya habido personas que, al cumplir una determinada edad, no se hayan visto bien con ellas.

Normalmente, esas personas que decimos que no se ven bien con joyas son las que tienen una mayor edad. Sin embargo, y como ya os hemos comentado, se trata de una cuestión más bien personal y no tanto social. Ver a personas mayores con colgantes, anillos o pulseras no es algo que nos parezca raro ni mucho menos. Deseamos que así siga siendo de cara al futuro porque las joyas fueron creadas precisamente para potenciar la imagen de las personas y hacer posible que esas personas sintieran un extra de motivación al mirarse ante un espejo.

El mercado de las joyas debe ser algo universal, algo a lo que todo el mundo tenga acceso y que no tenga asociado ningún tipo de tabú. Es verdad que, en los últimos años, esto ha venido siendo tendencia. Hemos dejado atrás muchos malos pensamientos y ojalá podamos seguir caminando en la misma dirección. Depende de nosotros y solo de nosotros. El mundo está cambiando y esto también lo ha hecho. Sigamos haciéndolo posible. El mercado de la joyería, desde luego, lo agradecerá con creces.