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¿No crees que disfrazarse pueda tener un impacto positivo en el desarrollo de tus hijos e hijas? ¡Estás equivocado!

Uno de los momentos más felices para los niños a lo largo del año es, posiblemente, cuando se acerca el Carnaval. Es curiosa la química que existe entre los más pequeños y todo lo que tenga que ver con disfrazarse. Pocas cosas existen que les puedan gustar más. Y la verdad es que eso es muy positivo, porque la sonrisa de un niño o una niña siempre es la mejor de las noticias para sus padres y madres. Desde luego, los mayores no podemos hacer otra cosa que no sea sonreír ante una situación como esta.

Lo mismo podemos decir de Halloween, donde la temática terrorífica no asusta a los más pequeños que tienen en disfrazarse una de sus actividades preferidas. De hecho, estamos asistiendo a un momento en el que los niños y niñas buscan prácticamente cualquier excusa para disfrazarse. Precisamente por eso, estamos cogiendo la costumbre de verles disfrazados para celebrar, por ejemplo, un cumpleaños. Y la verdad es que es una buena noticia, porque eso siempre significará que lo pasan bien y que encuentran motivos para sonreír y ser felices, que a fin de cuentas es lo que todos y todas queremos para ellos y ellas.

No obstante, creemos que existe un error a la hora de valorar todo lo que está relacionado con el mundo del disfraz entre los más pequeños. Hay muchas personas que todavía creen que este es un asunto que no va más allá del ocio y que no aporta nada para la personalidad de los menores. Pero la realidad es simplemente la contraria. Disfrazarse tiene una serie de beneficios muy importante para los niños y las niñas, unos beneficios que hay que cultivar y que pueden jugar un papel muy importante a la hora de desarrollarse como personas.

Un artículo publicado en la web de la revista Mi Pediatra aseguraba precisamente lo que acabamos de comentar, que disfrazarse es una buena noticia para el desarrollo de los más pequeños y que, además, supone una ayuda para cultivar su imaginación. A nadie se le debería escapar que esto tiene una importancia muy grande en lo que respecta a la vida de una persona de corta edad y que ponerle coto a esa imaginación solo puede tener efectos negativos a la hora de que ese niño o niña crezca. Hay muchas personas que todavía no lo entienden y que, si no atienden a lo que estamos comentando en este artículo, van a hacer infelices a sus hijos e hijas. Es triste decirlo así, pero es una realidad.

Otro artículo, en este caso publicado en la página web Miniland Education, enumeraba todos los beneficios que están relacionados con disfrazarse para los niños y niñas de corta edad. Esos beneficios son los que os dejamos a continuación:

  • Fomenta su creatividad y activa su imaginación, lo que potencia sus habilidades sociales e incluso las lingüísticas.
  • Desarrollan un elemento importante para ser buenas personas: la empatía.
  • Conocen su propia personalidad y exploran nuevos retos.
  • Tienen mucha más facilidad para expresar sus sentimientos y lo hacen, en muchas ocasiones, casi sin darse cuenta.
  • Aprenden a expresarse libremente.
  • Además de todo ello, les estimula y permite ganar en felicidad.

Existen pocas actividades que presenten más beneficios para los más pequeños que el simple hecho de disfrazarse, algo que para muchas personas apenas aporta algo más que un momento de diversión pero que tiene ventajas de todo tipo para los niños y niñas. Y es que no solo supone una inversión en felicidad para este tipo de público, sino que es una vía para su desarrollo personal. Y es que se desarrollan aspectos como la empatía o la imaginación. Los profesionales de Disfrazarte Shop nos han comentado que, aunque no todo el mundo tiene eso en cuenta, sí que parece que, poco a poco, hay personas que van tomando conciencia de ello.

La mejor manera de comprender… es ponernos en su lugar

Para todas aquellas personas que no confiáis plenamente en lo que estamos apuntando a lo largo de todo este artículo, os recomendamos que os pongáis en el lugar de los más pequeños recordando vuestra propia infancia. ¿Os solíais disfrazar cuando erais más jóvenes? ¿Y qué sentíais cuando lo hacíais? ¿Pensáis que eso os ha ayudado de alguna manera, por pequeña que sea, en algún momento de vuestra existencia? Quizá así podáis encontrar las respuestas que os hagan estar de acuerdo con estos párrafos.

Es evidente que habrá gente a la que disfrazarse no le guste o que no le aporte nada. Pero la situación general es la que os hemos descrito y los beneficios del disfraz están corroborados por expertos en materia psicológica. Por tanto, desde aquí solo nos queda animaros a seguir disfrazándoos con vuestros pequeños para disfrutar no solo de los buenos momentos de ocio que están asociados a ello, sino también de las ventajas en el desarrollo personal que entraña.